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"Soy una mujer a la que le gusta ver la vida desde todos los puntos de vista posibles. Pienso que para vivir hay que pensar y sentir para evolucionar. Este blog refleja mi sentir, mi pensar y mi actuar, que en la mayoría de los casos, nunca están de acuerdo". Alex River

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lunes, 9 de mayo de 2016

HIMNOS A LA OSCURIDAD.



HIMNOS A LA OSCURIDAD.

Por. Edison David Ramírez Serna.



I

El invierno desnuda mi rostro, y el pan amargo que brota de tus manos, alimenta en silencio las facciones de mi alma.

II Hoy estas vivo, vivo como quien vive para morir, para llorar con las venas, los labios y los días.

Hoy estas triste, triste como el viejo mendigo que perdió sus alegrías, como el tiempo que se escapa de las manos, como el brillo que se esfuma en el corazón de los hombres.

Si, y no hay esperanza ni dios ensangrentado que te espere bajo la almohada, y tu corazón embarrado y sucio, se arrastra sin piernas y sin risas por las tumbas de la muerte. Estas solo, roto, despojado, y no hay vientre ni delirio que busque cantando las mieles de tu boca, ¿y debes sentirte alegre por tan grandes desprecios? Si, al fin al cabo ¡Hombre miserable! Toda mujer, con su infinita sabiduría, tiene entre sus brazos al tonto que se merece.

Árbol de sombras cubierto por los muertos, los corsarios del mundo escupen desde el cielo tus hojas aterradas, estas enfermo, pálido, y tu voz son los cuervos, y tus días las espinas y tus lamentos el indio encorvado entre las llagas del cristo.

Alza el vuelo sin huellas ni rostro, vierte sobre la vida las venas torcidas de tu alma envejecida. Vete llorando, y viste con mantos morados las lágrimas negras que cantan sobre tu techo. Y cuando mueras, ¡Oh mi poeta vencido! Hazte muchedumbre, reza el rosario, y camina borracho junto al féretro que guarda los eclipses de tu madre, las burlas del mundo y los chistes adornados que danzaron en tus abismos.

III

Hay demasiadas máscaras, demasiadas desventuras cubiertas bajo la piedra, algunas mascaras bailan en los tugurios, pidiendo a los muertos ignorar su borrachera. Pero los muertos no ignoran, porque en la vida ya fueron ignorados, y poco a poco las máscaras se pudren, y poco a poco las máscaras se rompen, vertiendo sobre la nada la risa y el desencanto, ¿y si nuestras mascaras se perdieran una noche inesperada?, Ah, el brillo encantado se arrojaría contra los peñascos, regalando al olvido sus falsas llamaradas. ¿Y si tu alma y la mía desgarran sus máscaras?, No quedaría nada, estaríamos desnudos, uno frente a el otro, mirando con ojos ciegos nuestra mutua indiferencia, buscando con labios enfermos nuestra muda efervescencia.



IV



Horrible, gruñón y desahuciado, así me describo, así me describes, Oh mi amada, oh mi desgracia. Me arrastro sin carnes ni delirio, con la joroba del tiempo palpitándome en la frente, pero aun sin labios te busco, pero aun con el alma cortada por los días busco tus cicatrices en los rayos del alba, tú mi demonio, el verdugo sensual que persiguen sin el mundo mi paladar envejecido, mujer de los vencido, catástrofe sutil de los que escriben tan lento, la última palabra de sus inútil epitafio, hazme silueta, sabor amargo, o la nada escondida y rota entre las manos de tu alma.



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