Las dos caras de la moneda.

Experimento la inmensa necesidad de gritar, de abrazar, besar, golpear, y llorar. Hoy recordé el pasado y lloré porqué al fin soy libre, solo que no quería saber esa verdad ya que aferrarse a los recuerdos te escuda al presente. Me enamoré de ilusiones, de realidades... y duele cuando te das cuenta que la persona que más importa eres tu, no el otro.

Encuentro ahora dos caminos tan imposibles para seguir por miles de circunstancias, aunque no son los únicos que tengo, son los que me hacen levantarme cada día con ilusión -y agonía-  Me enamoré poco a poco de dos corazones que laten al unísono del mio, a pesar de que aún llevo en mi corazón las sombras que quemó otro amor.

Lo que tenga que aprender en esta vida, lo aprenderé solo viviendo, experimentando, y no seré tan descuidada/cuidadosa ni tan superficial. Viviré la vida tan cómo tenga que llegar. Sin prejuicios, tal como me ha enseñado mi segundo corazón: "Ríe cuando quieras, llora cuando lo necesites".  Lo más importante es escucharse en silencio, recordar nuestras metas, sueños e ilusiones, por más fantasiosas que sean, porque poco a poco se lograran. No es esperar ganar el cielo sin trabajar un ápice por lograrlo, es simplemente luchar por lo que verdaderamente quieres... no importa que los demás no entiendan tus sueños, ya que es uno quién los descifra en el fondo del alma.

Cómo dice mi primer corazón, ¡sómos únicos!, y en alguna parte de nosotros mismos lo hemos olvidado por tantas preocupaciones e inseguridades. " ¡Alex!¿Por qué dudas tanto de ti, por qué te criticas? Confía en ti, eres la única que debe luchar por ti, ya que cada uno va a su ritmo..."

Esos dos corazones hacen parte de uno solo, las dos caras de una misma moneda, el amor... y cuando la hecho en suertes siempre cae de canto, típico en estos líos del corazón.

Siempre he dudado de mi misma, de mis decisiones, incluso luego de consumado todo me pregunto si fue lo correcto. Ya no me preocupa dudar, es parte de mi naturaleza, y no dejaré que nadie me haga sentir mal por este hecho. Creo que quién duda y sale bien de ese examen interior, avanza un paso en conocerse a si mismo. La verdad es que esas dos caras de la moneda soy yo, no necesito saber todo de mi a cada instante, para descubrirme mejor a cada paso.

Quedo mejor al confesar esto, libre...

¡adiós a los amores del ayer, adiós a las ilusiones del mañana, bienvenido el hoy!