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"Soy una mujer a la que le gusta ver la vida desde todos los puntos de vista posibles. Pienso que para vivir hay que pensar y sentir para evolucionar. Este blog refleja mi sentir, mi pensar y mi actuar, que en la mayoría de los casos, nunca están de acuerdo". Alex River

Puedes contactarme a besosmalditos@gmail.com

domingo, 21 de octubre de 2012

El pescador y la princesa

EL PESCADOR Y LA PRINCESA

ALEX RIVER.


Amaba desde la distancia
el pescador a la princesa
cada día llevando su redada
al pabellón de la reina,
esperando que tan siquiera
uno de su ofrenda
llegara a los labios de la amada.

Veía  Olesya  al gallardo pescador,
con incertidumbre por lo que sentía
llenando de desazón su vida,
por fijar su mirada en un plebeyo, ¡un pescador!
Ella, toda una princesa…

Recordando días pasados
cuando se escapó disfrazada de su casa
 disfrutando la libertad entre su pueblo
pasando como una más de todos ellos
no tenía miedo de la gente,
ni del castigo de su padre
solo quería oler el mar y nadar en el.

Jaden observaba sus redes
 a lo lejos distinguió una dorada sirena
no creo en ellas, quizás solo una ilusión
y divagando estaba cuando un grito agudo oyó.
¡Ayuda!  Se dio cuenta que su sirena era una mujer
que no sabia nadar muy bien y que la corriente
la impulsaba  lejos de la costa.

No pensando en nada más que salvarla
Se tiró al agua helada, esperando llegar a tiempo
ella ya no estaba a su vista, entonces
la buscó en el fondo del mar
esperando encontrar su cuerpo
no fuera el mar su mortaja,  su última morada.
Asió sus blancas manos y a la canoa la llevó
¡Es hermosa!, lástima de ella
parece un ángel, mi sirena.
Sin pensarlo, un beso de despedida le dio
la sintió aún con vida, y recordando lo que sabia del mar
logró despertarla.

Ojos de mar vio la doncella al despertar
Azules, profundos, en la cara de su salvador
gracias por salvarme, le decía.
-No es nada, princesa.
¿Cómo me reconociste?, harás muy feliz a mi padre
-Entonces esa belleza si es de princesa…
y no fue una molestia, solo págame con tu sonrisa
Olesya simplemente lo miró, ¿y si te doy un beso,
Será suficiente para que me lleves a la costa?

Y de tantos tratos como estos, el amor entre ellos
fue surgiendo, aunque sabían que era un imposible.
Para Jaden no importaba, la amaría toda su vida
entendía que Olesya tuviera un deber para con su reino.
“Ella ya es la reina de mi corazón”…

“Será un pescador, pero ha capturado
mi alma con su mirada” , decía la princesa
desdichada y de tanta agonía, por estar lejos de su amado
 cayó un día moribunda;
de palacio salió un mensajero
pregonando el destino de la dulce doncella,
buscando al salvador, prometiendo su mano
y el reino entero. Tal era el amor de sus padres
que hasta su vida darían por ella.

La muerte no acechaba, solo hacia su trabajo
curiosa como era, siempre observaba más de la cuenta
se dio cuenta  que aunque la doncella muriera
perduraría por muchos años entre su gente
en sus recuerdos y corazones
¿Tanto la quieren? Se preguntaba
¿cambiarían su vida por la de ella?
El máxime sacrificio de amor…

Apareciéndose en sueños a los reyes, y a los magos
les reveló que solo el beso de amor verdadero
dado libremente a la durmiente, la salvaría
aunque el precio exigido era morir por ella
una vida por la otra.
Los reyes lloraron, ¡solo el amor verdadero!
Y la muerte además, ¿quién iba a llegar a  salvarla?
Muchos la amaban en secreto
más valoraban su vida y acongojados
esperaban un desenlace fatal
sea para la bella o su salvador.

El grito de dolor del pescador
en todos los rincones del reino se oyó.
Dirigiéndose a Palacio, solicitándola verla
argumentando que tal vez
su fresca ofrenda la salvaría.
¡Aquel hombre no pensaba, amaba a la princesa!
El pescador quería verla
“No quiero que sea la última” pensaba.

Al llegar a la recámara encontró a su amada hermosa,
aún a puertas de la muerte
y rogando a todos, aún a costa de su vida
el último beso de la princesa.
¡Desfachatez! ¡Insensato! gritaron todos
¿Un pescador amando a la princesa?

Y lloraba tanto aquel gallardo muchacho
que comprendieron sus padres y los magos
que no perdían nada con intentarlo
aún  a costa de su vida, le concedieron su deseo.


Y al momento de tocar con sus labios los de su amada
entregó  en aquél ósculo todo su amor, su vida entera.
Tratando de cambiar a la muerte una vida por otra.
La muerte observaba enternecida aquel trato
no queriendo aceptarlo
y conmovida por aquel sacrificio
perdonó la vida a ambos.

Luego del suspiro del pescador,
que llenó de amor toda la habitación
despertó la princesa de su sueño, casi fatal, preguntando:
¿Quién me ha despertado, quién me ha besado;
acaso he soñado con mi amado?

Todos se miraban asombrados
pregonando aquel milagro
de un amor otrora imposible y callado.
Los reyes se miraron y dieron paso al joven pescador
Proclamando al cielo su alegría,
entregando la mano de su hija
a su valiente salvador.

Princesa y pescador; Olesya y Jaden
Unieron sus corazones, sus cuerpos
Al compás del mar, con la dicha de todo el reino.
Fueron justos en su día como reyes,
Tal era la pureza de su amor.

El era un plebeyo, un pescador
Que conquistó el corazón de un pueblo.
Ella una princesa que logró domar el mar,
“Y que juntos al cielo lograron llegar…”



sábado, 22 de septiembre de 2012

Sal con un chico que lee.



Este artículo es de la web http://www.librosintinta.com.mx/2012/07/sal-con-un-chico-que-lee.html y su autor es Jef Volkjten. Lo quise traer a mi blog. ¡Que lo disfruten!

SAL CON UN CHICO QUE LEE.

Hace aproximadamente un año encontré un artículo que me dejó con una sonrisa inmensa en el rostro y soñando sobre la chica perfecta que desearía a mi lado. El artículo se llama Salir con chicas que no leen/Salir con chicas que leen. Como podrás suponer, me fijé en la segunda parte, enfocada en aquellas mujeres que mueren por los libros. Y debo confesar que quedé fascinado con lo que allí se decía, las razones que se ofrecen sobre por qué conviene invitar a salir a una chica amante de la lectura. Y estoy seguro de que más de una usuaria de Librosintinta se sentirá plenamente identificada con el tipo de mujer que se describe allí, esa joven que mira con pasión y ternura los estantes de las librerías. La chica que hunde su nariz ente las páginas de los libros para inhalar su mágico olor milenario. La que nunca puede salir de casa sin llevar un compañero de letras y aventuras bajo el brazo. Por eso te comparto este excelente artículo que seguramente será una descripción de ti.




Sin embargo, mientras leía y releía cada párrafo, no podía evitar pensar en que tú, señorita, también amarías encontrar ese hombre ideal que en vez de perderse en la pantalla de su celular, se sumerge en el mar de palabras del libro que devora silenciosamente. Por eso es que te aconsejo sin duda alguna que busques salir con un chico que lee. Ese joven callado que acostumbra pasar inadvertido y al que siempre encuentras degustando las páginas amarillentas de un ejemplar desgastado. Ese hombre de rostro serio que ves en un café o en un centro comercial, acompañado de una buena novela y una bebida helada. Invítalo a salir, será toda una aventura que valdrá la pena.


Porque un chico que lee, también escucha. Atenderá tus quejas por la brevedad de una novela o la maldad de cierto personaje.Conocerá la magia de las palabras que pueda susurrarte mientras recorren bibliotecas y relatos misteriosos. Sabrá aplicar el arte del silencio y el apoyo mudo cada vez que llores el final de un nuevo libro. Ese chico que lee tomará tu mirada como inspiración para convertirse en escritor apasionado que ve en tus ojos la fuente de sus escritos. Un hombre que lee albergará en su ser un océano de historias para que solo tú te sumerjas en ellas.


Sí, esos chicos aún existen. Son como los libros empolvados que encuentras en un rincón de la librería. Lo ves y por alguna extraña razón capta tu atención. Sus rostros son la tapa de una historia que por momentos pasa inadvertida entre cientos de portadas comunes que pululan diariamente por ahí sin despertar tu curiosidad. Pero cuando te acercas y empiezas a leer sus gestos, a escuchar sus palabras, te atrapan como cuentos fascinantes que no puedes dejar de lado. Sí, los chicos que leen aún existen, y bien vale la pena que los invites a salir. Puedes ver a alguno por ahí, con aparente gesto frío y refinada indiferencia. Pero bajo esos aspectos se halla el calor hipnótico del hombre que busca una lectora para sus historias, una protagonista para su vida.


Sal con un chico que lee. Porque es la garantía de una biblioteca en su casa reservada sólo para ti. Porque con cada libro que se obsequien entre ambos, irán alimentando la librería que desearán tener en un pequeño apartamento lleno de fantasía en París, Roma, Londres o Madrid. Porque un chico que lee solamente discutirá contigo sobre los personajes de Orgullo y Prejuicio, los hechizos que conocen del mundo pottérico o las sorpresas reveladas por George R. R. Martin. Y cada noche sin falta consumarán un acto de amor literario en el quela cadencia de su voz y tu respiración entrecortada se unirán al ritmo armonioso de una lectura emocionante que ninguno querrá dejar para el otro día.


Toma el riesgo, lectora. Cuando veas a un chico que lee en el transporte o en el parque,acércate y pregúntale por la historia que tiene entre manos. Háblale de Wilde, Poe o Zafón. Y luego invítalo a salir. Yo recomendaría visitar una librería. Te lo garantizo: nada hace más feliz a un lector que ir a ver libros en compañía de una dama. Contemplar a una mujer observando y acariciando páginas es como el paraíso. Un mágico paraíso literario para el chico que lee.



Jef Volkjten

Sal con una chica que no lee/sal con una chica que lee.

Sal con una chica que no lee (Por Charles Warnke).




Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.


Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.


Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.


Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.


Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.


Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo continuara, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.


Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.


No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.





Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico).












Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.


Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos. Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.






Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. Por lo menos tiene que intentarlo. Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.





¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo. Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.


Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype. Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.O mejor aún, a una que escriba.


Fuente: http://elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1904&pag=1&size=n

jueves, 13 de septiembre de 2012

CARTAS DE SAN PLABLO A LOS CORINTIOS 1-13


CARTAS DE SAN PLABLO A LOS CORINTIOS 1-13

Himno al Amor

“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.

Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.

Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.

En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”.

martes, 11 de septiembre de 2012

Equilibrios.




El equilibrio entre el bien y el mal nunca es constante en el alma humana. Las emociones, el intelecto, y las circunstancias  nos hacen vivir en una escala de grises.

viernes, 31 de agosto de 2012

MUROS EN MI CORAZÓN.

Mi corazón está rodeado de muros muy altos para protegerme y esconderme de posibles príncipes al rescate o sapos saltarines, aunque a veces me guste caminar sobre el muro... no deseo bajarlo todavía y si quisiera, he olvidado cómo hacerlo. Por eso, no me juzguen si no soy expresiva, estoy atrapada dentro de mi misma.

miércoles, 1 de agosto de 2012

WORLD WAR Z, A CINE PARA EL 2013

La epidemia que reemplazó a los vampiros, ángeles y que procura infectarnos... el zombismo.

Para el próximo año se estrenará la película World War Z (Guerra Mundial Z) basada en el libro homónimo del autor Max Brooks. Esta película narra cómo los seres humanos luchan contra un virus mortal que se extiende alrededor del planeta y que amenaza con acabar la humanidad. A diferencia del libro, que es tipo documental, la película se centra en Gerry Lane (Brad Pitt), un empleado de las Naciones Unidas, que atraviesa el mundo en una loca carrera contra el tiempo para frenar la epidemia.

En el libro, se detalla con narraciones de supervivientes los hechos desde el primer reporte de contagio hasta diez años después, donde han encontrado la manera de sobrevivir en un mundo donde los zombies no son la única amenaza. Max Brooks prácticamente realiza un estudio sociológico-psicológico del mundo y de los personajes. Aparte de sobrevivir, nos muestra cómo cambió el orden económico-político del mundo, el sistema de creencias religiosas, los miedos, donde aparecen la cobardía y la valentía donde menos se la esperan. Como cada capítulo hace referencia a una historia, cada personaje se muestra real, intenso. Brooks se documentó bien al escribir y parece más que una novela ficción, un relato de verdad, que te hacen mirar hacia atrás para ver si un Zeta (zombie) está detrás de ti.


Con el estreno programado para el próximo año (junio 21), estamos a la expectativa de esta película. El guión no es igual al libro, sin embargo, Gerry Lane es un personaje que puede existir -implícitamente- en la novela. Un hombre casado, trabajador, con una vida antes de la gran guerra zombie. Con cierto poder por estar trabajando en la ONU, quizás conocedor de la amenaza, que irónicamente se demoró en ser aceptada como real.

Aparentemente, quieren realizar una trilogía con la historia. En el libro hay una década entera de guerra, quizás esta película nos mostrará toda la intriga política-económica de la que ni los zombies se salvan. Ya el tiempo dirá si es otro de los grandes libros que se pierden en la gran pantalla por el afán del lucro económico o si estamos antes una próxima película, aunque no de culto, si muy buena.

Esta película es de la productora de Brad Pitt (PLAN B) y de PARAMOUNT PICTURES. Dirigida por Marc Forster (Quantum Of Solace, film de la saga James Bond)

Extra:


Como dato curioso, Brad Pitt le salva la vida a una mujer durante el rodaje en Escocia. Una de las extras cayó al suelo en medio de una estampida de más de 700 personas. El se puso a su lado y evitó que fuera pisoteada en medio de una escena. Brad de héroe de Hollywood siendo un héroe de verdad.

Fuentes:


http://www.maxbrookszombieworld.com/
http://alt1040.com/2012/06/world-war-z



Posdata: Esta entrada es copia de una que yo hice para http://www.librosintinta.com.mx

sábado, 31 de marzo de 2012

¿Quieres algo más que sexo?¿o sólo mientes para conseguirlo?



Hola, esta es una reflexión de mi día, es difícil saber cuando una persona quiere sexo solamente o una relación. Yo como mujer creo que es mil veces mejor que un hombre me diga: "me gustas y/o me atraes y te deseo en mi cama" que un "te quiero" fingido.


Yo cómo chica experimento las cosas distintas y he notado que los hombres generalmente (no todos) creen que aduciendo palabras de cariño e incluso hasta amor lograran tener más que algo con una chica. Puede que busquen solo sexo o incluso más, y que sean 120% fieles y todo eso, pero está el concepto errado de que una mujer desea sexo solo si está enamorada o lo hace con alguien que le gusta, entonces comienzan a enamoralas a veces cayendo enamorados ellos mismo en el proceso o huyendo luego de consumado el acto.

Ustedes hombres aclaran que encuentran pocas mujeres así que buscan sexo o son frenteras para decir las cosas y si las encuentran, no saben cómo catalogarlas, y ustedes mismos cuentan que son las mismas mujeres las que esperan a estar medio enamoradas o con algo más que un simple gusto para tener sexo. -No digo yo que busquen billetera o fama, o super físico, ese tema es de otros  futuros post-

No critico aquí al club de la entrepierna, ni pongo entredicho que el sexo es mejor hacerlo cuando amas; pero a veces no hay amor, ni cariño y solo queda la lujuria incluso por parte de ambos, yo lo que expongo es que :


     ¡No finjamos amor!


 Hombres: las mujeres valoramos más eso que darnos cuenta de que fingen algo. Por eso es que los descartamos. Un chico dulce, bueno, tierno, puede ser honesto y decir: "te quiero, incluso más que solo tener sexo contigo..." y todo eso, porque las chicas generalmente vienen programadas con "este solo quiere ******..." y si les dices la verdad, las desarmas y saben a que juegan contigo.

Y chicas, reconozcamos que el sexo no ata a nadie al amor y hombres, las mujeres de hoy en día sabemos esta verdad. Aunque a veces cometamos errores de cálculo. pero no nos subestimen, somos capaces de ver más allá de nuestras narices y en vez de esperar príncipes azules (que se destiñen a la primera lavada) buscamos un hombre real, que diga la verdad. (Y los que digan que no quieren sexo con su pareja, es porque no la quieren o subestiman el sexo, porque si son de valores tradicionales y de matrimonio, algún día van a querer casarse y obviamente tener sexo..)

Nota: que la honestidad no se confunda con la mala educación y salvajismo. Las cosas siempre se pueden decir, hasta las más escabrosas en buen tono, en un buen contexto y dependiendo de las leyes de cada país.

sábado, 24 de marzo de 2012

De soledades y otras ausencias.



Es normal un día levantarse y sentir que lo hiciste  por el lado izquierdo, mirarte en el espejo y no reconocer quién eres. Estar en tu  cama y verla grande y vacía. Esperar toda una noche esa llamada que no llega. Sin embargo, hoy es uno de esos días donde reacciono lentamente y me doy cuenta que pase lo que pase, estoy con vida. Esos momentos en que siento un peso que me arrastra hacia atrás, sean ilusiones, sean rencores o tristezas; ese vacío que siento en mi corazón que hacen que no  admire la belleza de las flores. A veces busco llenar ese espacio con amigos, con amores, con libros, con mil cosas, sin darme cuenta que por más que busque placebos, solo serán falsedades que se irán acabando con el tiempo y que quedaré peor que antes. Todo porque no confío en mi misma, porque soy la única que tiene la llave para acabar con ese dolor de la soledad,  y la respuesta está  en el fondo de mi corazón.

A veces nos enamoramos del amor, de un ideal, no tenemos una meta en si más que alcanzarlo, por eso muchos, y yo incluida, no estamos contentos con lo que tenemos o lo que tuvimos. Somos paladines de mentiras que nunca reconoceremos como tales. Incluso sabemos la verdad y seguimos en esa farsa para evitar entregar el corazón de verdad y así no salir lastimados. Lastimados de qué, ¿de perder a una persona especial o volver a los brazos de la soledad?.

Todos en este mundo son egoístas de una manera o de otra y yo sin querer también lo he sido más de las veces que puedo reconocer.  Porque yo también estuve enamorada del amor. De esos vacíos. ahora tengo uno, pero se que lo siento, es la ausencia de mi misma y hasta que no aprenda a estar conmigo, no sentiré más ese lastre y podré volar con las alas de mi corazón

viernes, 9 de marzo de 2012

El amor es un maldito virus

El amor es un virus que  llega al corazón, luego al cerebro haciendote zombie, comiendo carne putrefacta en la mas absoluta agonía sin saber que has muerto, hasta que  un dia te disparan a la cabeza y acaban contigo para bien o para mal.

viernes, 3 de febrero de 2012

Hablemos claro.

Hablemos claro de una vez. ¿Qué buscas?, si no lo sabes tu, no esperes que te de una respuesta concisa a tus inquietudes. Me acusas de tener dobles intenciones, eso no lo sabes, solo supones mil cosas que tu retorcida cabeza pueda imaginar. Cuando digo algo, es lo que quiero y deseo en ese momento, no hago planes maléficos que espero que resulten cuando nadie se acuerde de ellos. Mi vida en verdad no gira en torno a la tuya, solo se concatena de una manera en que nuestros encuentros, aparte de casuales, son necesarios para comprender la estupidez de la vida. 

Ahora me preguntas lo que yo busco e incluso enumeras lo que yo deseo... Te equivocas. Puede que parezca que mi vida está guiada por una brújula rota, pero en mi mente y corazón siempre saben a donde quieren ir. Que tal vez haya tomado caminos largos, pero en ellos recolecté mis experiencias y recuerdos. Mis metas ya las tengo definidas, quizás no al límite de éxito que todos en esta sociedad se supone que debemos tener,  pero más allá de mis límites he descubierto quién soy, lo que no quiero y  que SI ANHELO. 

Ahora no busco amor, ni amistades, solo subir las escaleras para llegar a esa puerta donde con la llave de mis metas abriré. Escribo para lograrlo, estudio para conocer (me) más, pero si a mitad del camino veo algo que quiera tener conmigo, solo me detendré a admirarlo, lo guardaré en mi corazón y los disfrutaré a cada paso que de hasta el final.

Si me cuestionas si eres tu a quien anhelo, no lo se, no busco un tu. Solo un yo. Aunque eso no quiere decir que no disfrute la vida desde que se pueda.  No lo tomes a mal, simplemente déjalo pasar y sigue tu camino, si el mio deja de cruzarse con  el tuyo. Porque descubrí que los amores son sustituibles, menos el amor propio.

jueves, 2 de febrero de 2012

¿Cómo sería?


Llegar a ti sería extraño. Nos conocemos poco como amigos, aunque llevamos años de conocernos.
Solo pienso en mil maneras de seducirte, sea para una noche o miles. Quiero ser música para que puedas sentirme, piano para que puedas tocarme...

No justifico mis deseos ante ti, solo quisiera hacerlos realidad.

DISCLAIMER: Cualquier parecido con la realidad es una coincidencia. Hechos, lugares o personajes nacen de mis ideas.

lunes, 30 de enero de 2012

No más.

Solo quería olvidar el ayer a través de la carne, para comerme los recuerdos y disfrutar el presente. Lo malo es que creo que me volví vegetariana y la única persona que me dan ganas de probar, se ha olvidado de mi. No insistiré más.