A veces se me olvida que no estás y al llegar a casa te busco para saludarte. Siento tu presencia en cada instante y ahí es que recuerdo que no te volveré a ver jamás en esta vida. Te necesito mi adorada viejita, me cuesta llorar y debo hacerlo, tengo el dolor acumulado por tantas cosas... no se que debo hacer ahora, tu eras para mi una brújula y mi oso de peluche. Te extraño, sueño contigo y me has cumplido algo que deseaba, pero no se si necesito. Por favor Elenita, ayúdame, no se que hago mal, al menos tu me entendías en todas las locuras. Nunca me juzgaste y siempre esperabas lo mejor de mi. Y tengo miedo de no volverte a ver, miedo de morir en vida. Te agradezco todo lo que has hecho por mi, ahora hazme llorar, no quiero seguir siendo fuerte. Me enseñaste a tener la cabeza digna a pesar de las circunstancias, y te he fallado hoy... Quisiera a ratos cambiar mi lugar contigo para que tengas la oportunidad de vivir y yo de no estar acá... eso es de cobardes me decías. Te quiero mi Elenosky, extraño el morderte ese cuello tan delicadito. Tus tinticos de la tarde, y tus consejos tan callados y certeros. Yo soy una cobarde, y al paso que voy no podré cumplir mi promesa... y a pesar de todo, trataré de hacerlo. Por favor, no me abandones, sigue protegiéndome, incluso de mi misma. Te extraño demasiado y perdóname por esa falta de coraje que tuve al final. Tuya siempre de corazón.
